lunes, 19 de marzo de 2012

Apuntes Jacobeos: Diez Caminos Jacobeos

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Así que se echaron los puentes sobre los ríos y los caminantes empezaron a hacer camino, fue necesario dotarlo de un mínimo de comodidades. Se necesitaban iglesias a las que acudir para oír misa, hospitales dónde atender a los enfermos, albergues dónde cobijarse de las inclemencias del tiempo y muchas, muchas cosas más, y todas se fueron haciendo. Por eso hoy el Camino es el museo vivo de una época, un conjunto de obras de extraordinario valor histórico y artístico que debemos conocer.

      La ruta no existe antes de hacerla y el viaje tiene tantas metas como albergues, tantas inquietudes como vueltas, tantos amores como auroras, tanto llanto como espinas, tanta esperanza como tiempo...

      Hay que vivir el Camino. Hay que sentir el cansancio en los pies y el gozo en el corazón. Hay que empaparse de la espiritualidad que inunda tantos lugares mágicos, de la felicidad que nos proporciona la buena compañía, del misticismo que nos transmite la soledad. Hay que vivir el Camino porque, como decía Berceo,

                             ...todos somos romeros
                             que en el camino andamos...

                             ...y nuestra romería
                             solamente acabamos
                             cuando hacia el Paraíso
                             nuestras almas enviamos

      Hay que recorrer el camino percibiéndolo como algo vivo, largo y permanente, como lo percibía Jorge Manrique en sus coplas a la muerte de su padre:

                             Partimos cuando nacemos,
                             andamos mientras vivimos,
                             y llegamos
                             al tiempo que fenecemos...

      O como Don Pedro Calderón de la Barca cuando dice:

                             Aunque la esclavina trueque
                             al cortesano vestido,
                             no por eso el Hombre deja
                             de ser siempre peregrino,
                             pues la vida es un camino
                             que al nacer empezamos
                             y al vivir proseguimos.

      ¿Qué más podríamos decir después de tantas y tan bellas palabras? Sólo añadir una, una más, un recuerdo que nos hace Antonio Machado: caminante, no hay camino, sino estelas en la mar... Cierto, no hay camino, pues la vida es el camino, y vivir no es sino caminar, de continuo, hacia el más allá. Por eso, por todo eso, caminante, ven; ¡déjalo todo, y camina a Compostela!

1 comentario:

  1. CAMINOS DE SANTIAGO:
    http://www.reman.es/medio_ambiente_y_naturaleza/senderismo/senderos-gr/camino-de-santiago-norte-primitivo-de-la-reina-finisterre-frances-ingles-aragones-vasco-espana/

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